Si eres usuario habitual de más de un sistema operativo estarás acostumbrado a los problema que causa que cada uno use un sistema de archivos diferente y tu necesites compartir información entre ellos, la solución parcial era formatear algún disco o partición en FAT32 pero ¿y que sucede cuando necesitamos compartir archivos de más de 4GB (cosa que FAT32 no permite)?.
En este caso solo nos queda elegir entre HFS+ con el consiguiente problema para compartir ese disco duro con Windows y Linux o NTFS que en principio solo tiene soporte de lectura por parte de Leopard.
Por suerte, gracias a la ingeniería inversa y a un ingeniero de Google este dilema ya tiene solución.
- ¿Que necesito?
Un ordenador con Mac OS X (Tiger o superior)
MacFuse
NTFS-3G
- ¿De donde lo descargo?
Fácil, de los enlaces que he puesto más arriba (Macfuse y NTFS-3G) gratuitamente.
-¿Y luego que?
Una vez se descarga e instala Macfuse se hace lo propio con NTFS-3G, en el caso del segundo programa nos pedirá reiniciar el sistema y ya está, a partir de ese momento podremos leer y escribir en discos duros formateados en NTFS como lo hacemos en el resto e incluso se podrá dar este formato a las unidades deseadas desde la utilidad de discos.
Como única pega yo noto que la escritura es más lenta que en particiones en FAT32 o HFS+ pero también es verdad que con cada actualización de los programas mejora.
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